lunes, 24 de septiembre de 2012

AUTUMN LOVE





                                                                               
No se si será el cambio climático o este calor empalagoso,  pero este otoño empiezo a ver desde la ventana privilegiada de mi tienda, parejas enamoradas de la mano y besuqueándose. Es cuanto menos divertido ver tanto amor repartido por esta curiosa calle.

Por la mañana pasan dos amantes del vino barato  y el coñac mañanero. La pasión que desatan es un poco bochornosa, de las de mirar con el rabillo del ojo y con la mano entreabierto en la mirada porque de hacerlo directamente, la imagen se quedaría atrapada en tu retina. A medio día pasa una mujer de vida alegre que reparte amor, cariño y comprensión por un módico precio de 25€ (soy un investigador nato). Por la tarde es turno de la pareja proyecto hombre (van con unas pintas de eso mismo),  con un carro del Mercadona y lleno con productos que no son, precisamente, del Mercadona.

El estilismo tiene mucho que ver para que yo capte el amor que destilan. La pareja denominación de origen llevan una prendas holgadas y casi sin lavar, con colores intensos y alegres. La mujer datafono lleva unos outfits tan marcados, coloridos y transparentes que es como un tipo de luminoso para advertir quien es ella y a lo que se dedica. Caso aparte es la pareja “ Mas chutes nooo…”,  llevan ropa de caritas  súper gastada y que algún día allá por los ochenta, tuvo color.

El color es sinónimo de amor y felicidad.

Aunque en mi nunca se refleja dicha dualidad, no me gustan los colores y estoy  enamorado;   enamorado de mi perra Miranda (no confundir sentimiento puro con zoofilia), enamorado de una americana de Adolfo Domínguez de paño preciosa y enamorado de los preludios de Chopin que me hacen soñar.

El enamoramiento de pareja es diferente, recuerdo una anécdota de cuando era joven. Sábado por la noche, me había bebido 4 aguas con gas y mi cuerpo era una válvula de una olla a presión. Al llegar las tres fuimos al local de moda donde la tensión sexual era muy palpable,  como la orquesta de viento que se alojaba en mi pobre estomago. Notaba una sensación muy rara, no provenía de mi intestino, si no, que me observaban. “Pero mira que eres engreído maricón” me dijeron cuando les expuse mi 2ª preocupación (La primera era la cantidad ingente de gases que albergaba) a mis grupo de amigos. Alguien me miraba y estaba muy seguro. Mi cuerpo dijo que se acabó de contener nada más. La música House era ideal para el camuflaje sonoro.
 
Y justo cuando mi estómago estaba en la orgía de las burbujas, ¡¡¡AHÍ ESTABA!!!, al final de la pista, un hombre cuarentón, con un atractivo enorme y la mirada fija en mi.  Cuando nos cruzamos esbozó una sonrisa preciosa. Yo soy vergonzoso hasta la extremo. Él que era 17 años mayor que yo se acercó y se presentó.  Al pronunciar mi nombre me salió Antonio con el fondo de eructo.

 Mi adicción al agua carbonatada no ceso allí, la relación con el cuarentón se finiquitó a los 3 meses, La mirada  del chico que me gusta me  estremece, a la par que me da una vergüenza  y  la pareja “Mas chutes noo” se empeñan en venderme una muñeca de porcelana calva (¿Por quién me habrán tomado?).


El amor otoñal tiene su color y su estado físico, pero lo visualizamos de mil formas.    













martes, 18 de septiembre de 2012

SONREÍR O NO SONREÍR




Hoy es un día en que todo, absolutamente todo me molesta. Me he levantado y me he dado en el pie con la pata de la mesilla, me pongo a desayunar y Miranda se ha comido, en un despiste,  mis tostadas con jamón y cepillándome los dientes he sentido nauseas y he vomitado. Todo se complica cuando abro la tienda y empiezan a venir reclamaciones, clientes de etnias diversas a preguntar estupideces.  Desde pequeño he tenido un potente imán   para atraer personas con una inmensa alegría, esa alegría que roza la paga mensual. Si, señores y señoras, hoy tengo muy mala sombra. Hoy soy capaz de todo.                                                                                                                                                                     

Siempre me he considerado equilibrado a la par que excesivamente elegante, pero mi mayor virtud es el sentido del humor (del que hoy carezco). Dicho sentido del humor me ha salvado de abrazar a la melancolía enfermiza, infinidad de veces. Estoy seguro que con sentido del humor parte de los problemas mentales de la humanidad dejarían de serlo.

Presencio estupefacto las manifestaciones musulmanes por un video tonto, a un candidato a la presidencia USA, decir que los inteligentes no estarán de su parte, a nuestro presidente dar rodeos gramaticales para obviar decir “Rescate”…ETC.

Nos hace falta, tanto como el beber, reírnos de nosotros mismos para que todo fluya de una manera natural. Tengo una amiga que le diagnosticaron una enfermedad degenerativa, enfermedad que no me da la gana pronunciar. No la he visto nunca apocada, siempre tiene una sonrisa y un tacón que ponerse, aunque le den escalofríos las alturas. De vez en cuando (últimamente muy de vez en cuando)  la innombrable le recuerda que está ahí y le da una colleja. La última vez fue hace unos meses, tenía una boda y muchos casos jurídicos. Pues tumbada los solucionó y a  la boda no asistió. He  de decir que hubiera hecho lo mismo, o me ven en un estado perfecto o no me ven ni las cigarras.


Sobrellevar una enfermedad con un trabajo estresante y la mejor de las sonrisas es para dedicarle una plaza en su pueblo natal. 

Mi mas sincero homenaje a ti.







miércoles, 12 de septiembre de 2012

NO PREGUNTES NADA.


Con 36 años cumplidos, un suéter verde (que por primera vez no elegido yo),  con una entereza propia de una persona mayor (acorde con  dicho suéter verde), con una crema anti-edad (no sé por qué nos quieren humillar así los laboratorios farmacéuticos)y unos zapatos picados de “El Ganso”,  me asaltan muchas cuestiones trascendentales. Son reflexiones que no tienen porque tener su respuesta,  por lo menos lógica
.
El otro día desperté aturullado por la resaca de mi cumpleaños y las dudas sobre la capacidad de aguante del ser humano en situaciones anómalas y limites. Cuando termine de engullir una bomba de chocolate, me vino a la cabeza una amiga que le ocurrió algo tan perplejo como difícil de asimilar.

La chica está casada 7 años con 3 vástagos y una estabilidad sentimental que es envidiable (yo nací para que me desposaran). Hace 8 meses, creo que fue miércoles, su marido le dijo que la esperaba en casa para cenar, que no tardara. Los miércoles son días traicioneros.  Cuando llego  y  abrió la puerta, se quedo helada y su bolso, un Bimba y Lola fucsia que yo le regale, se deslizo por su hombro para caer en la alfombra persa, regalo de boda de todos sus amigos. Su marido le esperaba en el Hall de la casa vestido con su 2 piezas  de Hoss Intropia de la Nochevieja pasada.

 “Esta soy yo”  dijo él a la vez que se daba volumen con la peluca (de pelo natural) caoba y  Ella enmudeció. Los miércoles son tremendamente traicioneros.

No consiguió hablar hasta 2 semanas después.  Su primera frase fue: “Te está pequeño”, yo esperaba otra la verdad. Le siguieron una infinidad de porqués:   porque le hacía esto, porque no me lo comentaste, porque no me dijiste que te gustaban los hombres, porque te pones mi ropa si no te viene, porque…  pero solo obtuvo respuesta uno, el de la preferencia sexual. No me gustan los hombres, te quiero a ti y solo a ti.


 Se puso en contacto conmigo para comentarlo y esperar un consejo, pero  solté una carcajada impresionante. Pensaba que estaba de broma, no podía imaginar el suceso ni comprenderlo.

 Viendo lo poco que la ayudé, citó para desahogarse a  sus amigos en una tetería árabe, entre los que estaba yo y una prima suya. Su pariente es una lesbiana que se vislumbra a 75 kilómetros a la redonda y su tacto para tratar las situaciones es comparable al tacto de un puercoespín. Después de relatarnos todo lo sucedido, Insistió que él/ella  la amaba. La expresión de la prima fue difícil de explicar pero yo sabía que después de la mueca venia una frase fuerte. “Qué clase de maricón es tu marido que se viste de mujer y dice que no le gustan los tíos”, espetó mi grácil amiga.

Transcurridos los 8 meses del acontecimiento no solo lo comprendo sino tengo un respeto por ella (El antes) bárbaro, decidió desnudar su alma vestido con un( muy ceñido) 2 piezas delante de la mujer que ama y quiere. Ella lo respeta igual y lo entiende, pero la visión de su esposo con una falda plisada  y una T-Shirt de Lanvin  le sobrepasó y sé  divorcio.







martes, 4 de septiembre de 2012

BASTA







Leyendo blogs y editoriales de moda la otra tarde vi una fotografía que me dejo bastante impactado. Alber Elbaz, una albóndiga humana con pajarita acompañado de una joven,  una esquelética modelo. El contraste de volúmenes y altura me sorprendió, pero lo que mas fue la expresión de infelicidad que transmitían. El mataría por ser ella y ella por comerse unas camarojas fritas con sardina, seguro estoy de ello.





Hace algunas semanas, en el atelier de mi querida amiga victoria, intentamos plasmar ciertas ideas de la Paris Fashion week en su colección de Otoño –invierno. Me puse exultante por que hacer esto es lo que más me gusta y creo que he nacido para eso. Le aconseje una falda lápiz por encima de la rodilla  , una blusa de cuello mao  y lazada extra-grande de seda estampada en acuarela , una mini capa española con el forro fucsia  y unos salones altísimos , el resultado fue un look vintage en extremo, precioso a la vista y tremendamente chic.

 Pero la visión de ella fue que la capa pesaba tanto como un rinoceronte en un hombro y los tacones le hacían que los tobillos se le hincharan y le dolieran los pies con solo colocárselos.


Con la lección aprendida me vino a la cabeza una amiga que en su época de moderna de más era vestida por tres  gays amigos. La tenían como un maniquí o como una forma de materializar el sueño de ser mujer. Recuerdo un día que le colocaron unas botas en azul cerúleo  de punta fina y  tacones altísimos, ella tiene unos juanetes que tienen nombre propio y  con sus apellidos correspondientes. Su número de pie es el 36 pero como no le entraban, obligaron a que se colocase el 39. Eso fue la base del look, le colocaron unas mallas semitransparentes del mismo tono que las botas, una camiseta con un escote tan profundo en la espalda que al andar se le veía medio cachete. Para terminar la guinda fue una capa raída de un rojo quisquilla coral que desprendía electricidad con tan solo rozarlo.




El resultado fue una especia de heroína yonkie abatida por algún power ranger (el rojo mismo). Andaba como un cisne fuera del agua.  Al verme aparecer por la puerta de local donde habíamos quedado,  se agarro a mi cuello para decirme:” Mira lo que los maricones estos me han hecho ponerme, no puedo andar y la capa se me mete en el culo al andar”.  Se me echo a los brazos y dijo que la llevara que tenía un dolor brutal en la planta del pie. Tenía una mueca en la cara que difícilmente olvidaré.

Al cabo de un tiempo esta fémina  confesó que era lesbiana( fue una sorpresa para mi), que le gustaban los chándales y que a quien le hablara de tacones le daba un puñetazo. No sé si la obsesión de vestirla como una femme fatale,  con kimonos de satén, zapatos de 12 cm de alto y gafas de soldador harían en ella que cambiase de acera y abrazase con una pasión desmesurada,  el universo boyo- extrarradio. Solo sé que siempre va en zapatillas, sudaderas y chándales.

Las mujeres deberían ser más realistas y no dejarse llevar por invertidos que tiene la obsesión de vestir como cabareteras a todas las mujeres. La comodidad no está reñida con el estilo. Audrey fue famosa por sus Pantalones capri y por las zapatillas planas, nadie puede negar su estilazo. La tendencia que marco llega a nosotros después de 50 años. Podría enumerar a muchas actrices del dorado Hollywood que con un sencillo sastre masculino irradiaban tal  elegancia, clase y desprendían un aura fabulosa que hace ridículas a las miles de Victorias Beckam, por mucho que digan ser diseñadoras. Belén Esteban también es diseñadora.