miércoles, 18 de diciembre de 2013

REZAR POR TODO

Son las dos de la mañana y no tengo nada de sueño. He contado 2.940 ovejas, he intentado controlar la respiración, pero las dos Coca-Colas zero que me he bebido en la cena impiden que siquiera entorne los ojos. He estado a punto de coger un Valium, pero he decidido escribir.
Me vienen a la cabeza instantes de mi niñez, justo antes de dormir, cuando rezaba «cuatro esquinitas tiene mi cama». Es la oración más tenebrosa que puede existir. Empieza haciéndote creer que tienes cuatro ángeles, uno en cada esquina de la cama, para luego decirte que debes rezar tres padrenuestros antes de dormir porque así, si mueres, tendrás abiertas las puertas del cielo. ¡Qué horror! Mi miedo era tal que una vez recé 16 padrenuestros porque el pavor no me dejaba contar mentalmente el número correcto de oraciones.
Parte de mi infancia la pasé rezando por la noche para muchas cosas. En especial recuerdo las peticiones a las almas del purgatorio (lugar etéreo donde redimir tus pecados y faltas). Me decían que eran almas con mucha falta de oraciones, que si les pedías algo, te lo concedían. Luego matizaban: «un tren eléctrico no te lo van a traer». Entonces, ¿qué podían hacer las almas por mí? Un niño de 8 años que solo quería cortarle el pelo a la muñeca de comunión de su hermana e ir de viaje a sitios lejanos como Benidorm. Pues me dijeron que pidiera cosas como ser más bueno, que me despertaran a cierta hora, y cosas por el estilo. ¡Qué desilusión! Lo siento almas, pero yo no necesitaba despertarme (tenía un reloj con manecillas que se iluminaban por la noche) y era bueno (tan bueno que nunca le corté el pelo a ninguna muñeca).
El sueño sigue sin venir. ¿Tanto hace una Coca-Cola zero? 
El insomnio despierta mis terrores nocturnos. Me imagino a Mariah Carey acercándose a mí caracterizada como en el papelón que hace en El mayordomo. O peor: Mariah de ángel de la esquinita.
Voy a parar ya porque acabaré gritando y despertaré a mis padres, que tienen un sueño profundísimo.
No sigáis mi ejemplo, pero yo voy a por algo que me induzca al sueño. Y si es con receta médica, mejor.




2 comentarios:

  1. Te gané. Despierta a las tres y con los ojos como un búho, si lo llego a saber te llamo e intercambiamos neurosis varias, sí, esas tan disparatadas que realmente valen la pena.
    ¿Sabes qué es la Coca- Cola Zero?
    Es la Coca-Cola normal y corriente que se envasó en plateado para atraer al consumidor masculino poco dado a contar calorías.
    Un beso, me ha gustado mucho, tanto como te quiero.

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  2. Cuándo era una niña, pocas veces me despertarba por la noche y cuando permanecía más de 5 minutos con los ojos abierto, descubría en las respiraciones de mis hermanas, fantasmas y demonios que venían a por mi. Aguantaba todo lo que podía hasta que gritaba "¡MAMÁ!¡TENGO MIEDO!", era mi gran super-heroína que con solo oir su voz, conseguía que se desvanecíeran mis miedos.

    Ahora, mucho más mayor, despertarme significa miedos reales y tangibles, de los que te apretan el estómago, incluso llegando a echar de menos a esos monstruos intangibles.
    I

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