domingo, 24 de septiembre de 2023

RUN, SWEETHEART, RUN

Otro cumpleaños que celebro fuera de Murcia. Lo estoy convirtiendo en una sana costumbre. Este año me ha gustado cumplir 47, no sabría explicarlo... es una sensación de plenitud, ¡sin ser yo nada de eso! 


 Por la noche, tuve una larga conversación telefónica con mi amiga Victoria, durante la cual, nos dio por soñar con que organizábamos una fiesta temática para celebrarlo, a donde acudiríamos todos caracterizados o inspirados en la película Casablanca. Nos encanta fantasear sobre cómo iríamos los dos, súper elegantes y chic, sin duda. Pero también nos dio por reírnos de alguna o alguno imaginando su posible indumentaria. Lo cierto es que cuando cumplimos 40 años hicimos una prom party ¡y fue la leche!


 Y haciendo suposiciones y riéndonos de cierto sector de invitados que vendrían, seguro, con un disfraz de los chinos, a Victoria se le ocurrió decir que seguramente también alguna se perdería y vendría disfrazada de Amélie. Carcajada máxima. no había terminado de reírme cuando Victoria me cuenta, a colación de Amélie (película que me enamora cada vez que la veo, ¡y ya van muchas!), que ha leído un artículo que destripa el film argumentando que la personalidad del personaje, magistralmente interpretado por Audrey Tattou, es contraproducente en la época en la que vivimos y tóxica a más no poder. En ese momento le entró una llamada a mi amiga y tuvimos que cortar la conversación. Entiendo que esta mezcla de temas sin concluir os produzca un poco de confusión, pero quien nos conoce sabe de la dispersión crónica que padecemos.


 Terminé mi cumpleaños pensando de más en esa publicación. La primera vez que vi Amélie fue en el cine, fui solo y salí súper feliz. En la época en que la estrenaron yo estaba a un tiro de piedra de sentirme bien siendo gay, fue el empujón que necesitaba. Un personaje que había vivido escondido, que nunca se había permitido ser feliz (o eso es lo que yo pensaba). En dicho artículo se cataloga a la película de racista, al no incluir ningún personaje de otras etnias, mostrando un París que dista mucho de la realidad, que edulcora a un acosador y cuya protagonista se dedica a hacer feliz a todo el que la rodea, sin pensar en qué le hace sentir plena a ella, y sin ser consciente de que, en realidad, al contrario de lo que cree, lo que hace es establecer relaciones tóxicas con todos y cada uno del resto de personajes. Dicho sindrome tiene un nombre, como no, en ingles: Manic pixie dream Girl. 



 En fin, mi objetivo en este escrito no es valorar esta crítica, sino hablaros sobre las diferentes personalidades que nos encontramos a lo largo de nuestra vida, que, en los inicios parecen una cosa y luego, al cabo del tiempo, son otra bien diferente, como en la película de Amélie, dependiendo de la visión del periodista de turno. Al principio son como aire fresco que te envuelve con la brisa madre de Pocahontas, para luego transformarse en Golum, por ejemplo.



 Ser confidente de mis amigos y las ajetreadas experiencias por mí vividas me ha aportado herramientas suficientes para identificar tanto a tipos de personas con las cuales envejecer es maravilloso y sabes que podrás contar con ellas siempre, como a individuos que lo mejor que puedes hacer es andar rápido y que no te pille. Si algo huele mal, no son prejuicios, huele mal y punto.



 Abajo te dejo unos tips, por si te sirve. ¡A mí me hubieran venido de bien, de haberlos sabido antes! 



 . Si en la primera cita te habla de enfermedades varias que padece familia cercana, huye, cari. 



 • Si estás intentando decir una frase en la conversación, aunque sea que vas al aseo, huye, cari.



 • Si de todo lo que estas contando, elle, o lo tiene mejor o está peor, huye y bloquea, cari. 


 • Hablar de "exs" siempre es un error, o por lo menos es lo que pienso yo, aunque aquí tengo mis dudas. Espérate, cari.


 • Si pasa toda la conversación adulándote, pero no para de mirar el móvil, espérate, porque es posible que tengas final feliz, pero no repitas, cari. 


 • Si te pasas todo el encuentro riendo y comiendo, debes quedarte, cari. 


 • Si te pareces mucho a elle, seréis amigas, entonces, a tu elección, o huye o te quedas, cari. 


 • Si fuerza el tono de voz para para parecerse a Constantino Romero (la voz de Dart Vader), quédate un tiempo prudencial por cortesía y huye, cari.



 Son consejos que te doy, pero estoy seguro de que tu vocecita interior también lo hará, esa misma que resuena en la cabeza o, incluso, grita. Dicen que es la conciencia, pero creo que es tu “yo” de vidas pasadas que alberga más experiencias que tu “yo” actual y por eso te advierte. La conciencia es lo más fiel que tendras en la vida, aunque pensándomelo mejor, tener una amiga como Victoria con la que compartir secretos, vivencias y cotorrear es una buena suma ya que podrás hablar de la experiencia de la primera o la segunda cita, de artículos de prensa que dan para tertulia, del color pantone del otoño, que casi siempre es morado, de por qué no te llama quien debería hacerlo y de secretos que da vergüenza verbalizar, pero que con ella da gusto hacerlo porque no existe un ápice de prejuicio. 



 Si has tenido la suerte de encontrarte con una amiga asi, la vocecita y yo te decimos alto y claro: ¡quédate, cari, pero quédate para toda la vida!