Como me gusta el universo Spot
publicitario. El que anuncia el otoño del corte ingles de este año me fascina,
me veo muy reflejado en ella, no por que quiera ser modelo fémina (Envidio su delgadez, pero solo eso), es porque me veo reflejado en la idea que transmite de la espera. Esperando al Otoño, esperando un lugar donde la sonrisa no
me salga forzada, esperando que me asalten con un abrazo, esperando… esperando tantas cosas.
LA verdad es que el anuncio me hace soñar, pero yo soy
impaciente por naturaleza y agonías desde que nací. El tener todo controlado es
una obsesión. Las situaciones donde yo no tengo el mando se vuelven perversas y
de la nada aparece una voz que me hace avanzar sin mirar donde piso. Esa
dichosa voz me hace tropezar casi siempre.
Desde que tengo uso de razón el
equilibrio mental de esperar/actuar es un ideal que pocas veces he podido conseguir,
si espero nunca he conseguido nada y abalanzarme con la velocidad del rayo me
hace estrellarme.
Recuerdo una situación donde
siempre me pongo nervioso y súper acelerado. Cumpleaños de una de mis mejores
amigas. La primera vez que asistí estaba hecho un lápiz, Hay constancia fotográfica.
La presión de aparecer exactamente igual, me hace que un mes y medio antes me
obsesione con llegar al evento delgadísimo,
morenísimo y estilosisimo (todos los isimos que yo quiera, es mi blog). Nunca
lo consigo por que perder 13K en un mes es cuanto menos insalubre, el sol
conlleva melanomas pero estiloso siempre voy.
El año pasado me obsesione demasiado, pero apareció ante mí un objeto en la tienda
peculiar donde trabajo. Un cinturón sauna que prometía perder 15Cm de cintura
en 1 día. ¡¡¡Era una señal!!! Me relajé, comí lo que quise, tenía la certeza
que un aparato que sale en la teletienda no tenía por qué mentir, recalcan constantemente sus controles exhaustivos de calidad.
Llegó el día de la prueba del cinturón,
lo celebré con unos canelones de marisco y un pastel de crema catalana. Tenía preparado
todo el outfit y perfumado con Tom Ford (es
mi perfume favorito). Me tumbe en mi cama extra grande con dicho cinturón. Al
abrirlo me resulto un poco sospechoso ver el tacto plastiquito, pero la idea del ministerio de Comercio
haciendo constantes y meticulosos test de calidad me trajo la calma.
Nunca he sido de ir a saunas (sé
que suena cuanto menos extraño que un gay diga esta afirmación) porque me
agobia el excesivo calor y el dichoso cinturón plastiquero me ponía nervioso (Otra
Vez). Al pasar la media el calor era excesivo pero la idea de que se hubieran
ido 7 cm de flotador me daba ganas de seguir el tratamiento.
45 minutos después me lo quite de un golpe y
me quede estupefacto al ver toda la piel de mi abdomen quemada. Parecía un
tigre por las vetas de piel chamuscada. Tuve que ir a urgencias y no perdí ningún
centímetro. El urbasón hizo que fuera un cumpleaños desinhibido donde mi
personalidad brilló, pero no mi figura.
No sé si clasificar esta anécdota
en el apartado paciente o desesperado pero lo que fui es un tremendo bobo al
confiar en aparatos MADE IN PRC. Bueno
ahora que lo pienso se puede clasificar en el “soy
vago por no hacer deporte” y “demasiado
rural Helpless” como para pensar que un anuncio estiloso se vea reflejado
en mí.
Seguiré esperando, ¿No?
Sólo a ti se te ocurre utilizar semejante invento...por un momento te he imaginado...ja,ja,ja!!!
ResponderEliminarNo si, tu espera, espera, pero se puede saber que esperas? lo de esperar me parece infantil, hay que salir a buscar, anda que ya te vale.
ResponderEliminarTu admirador anónimo
"La vida es lo que pasa mientras estamos haciendo planes"
ResponderEliminarJohn Lennon
Jjajajaja,muy bueno
ResponderEliminar