Este
fin de semana pasado ha ocurrido un hecho de los que se quedan a fuego en mi
memoria. Una boda de “Alto Standing”, el entrecomillado es ironía pura.
He de decir que no fui a ver dicha
celebración a la puerta de la Iglesia. Las invitadas se pasearon por toda la
city con una altivez ridícula y vestidos de zarandona (un pueblo cercano a
Murcia donde el raso gordo y el encaje quita-piel son su mayor exponente)
porque a la vista parecía eso, lastima de dinero si eran caros.
Estaban como en una Gymkana. En
momentos en concreto todas salían del local donde se celebraba para
repartirse en pisos, parkings y demás sitios que se me escapan de mi campo
visual, para aparecer todas al cuarto de
hora con cara de Scream VI. Hecho que me dejo con incertidumbre, ¿cuál
sería el premio?
Habían chicas que iban monas, pero las
menos, pero me gusta recrearme en las canallas.
También he de ser sincero, a la novia no
la vi. Pero viendo la Cibeles cutre week que se montó me la puedo imaginar.
Pondría la mano en sulfato de polonio que se diseñó el vestido ella solita. Ese
hecho me da una compasión infinita por el diseñador que le tuvo que hacer el
misterioso vestido.
No
puedo con el intrusismo laboral. Mención aparte son las Blandas que se creen
modernas y se diseñan la ropa sin ningún gusto estético ni académico
Me las
imagino con un bloc con todo lleno de retazos y dibujos donde mezclan la falda
de la cenicienta, cuando la vieron, a los 8 años, se afirmaron a sí mismas que
irían con una falda así, no podían ser menos. A los 15 años vieron Love Story y
se quedaron fascinadas con la parte alta del camisón de la protagonista antes
de morir, ese detalle iría también en su boda. Al ver Sexo en nueva york, el
cinturón de mi loada Carrie las descolocó, ese complemento no podía faltar en
el vestido de novia de mi vida ( que tremenda frase).
Imagino la cara del diseñador cuando
abriría el Bloc, la expresión sería muy parecida a la que suele utilizar la
madre de Shin-chan cuando el diablo de mañaco hace alguna travesura.
La vida me ha hecho ver que no se pueden
mezclar muchas cosas. Véase una maruja beata que ha venido de Sevilla y un bote
de purpurina delante de la patrona de su pueblo por que acaban con brillos
hasta el nuncio papal. Una lesbiana y el bingo, es la perdición de ellas, es lo
que a los hombres machos un prostíbulo. Igual que meterme a mi en la exposición
de Cartier en el Thyssen, ya que acabo como el loro de Yafar( malo,
malísimo de Aladin) y no me quitan los joyones de las manos ni con aceite
hirviendo.
Con
este relato quiero decir que el/la que se dedique a recoger cebollas, nadie
como ella para eso, pero que no se entrometa en otras profesiones. Yo me dedico
a la venta y tengo algunas nociones de moda y estilo( amateur por supuesto) .
Poniendo un ejemplo, cuando fui a comprar mi cochecito nuevo me encomendé al
comercial que me lo vendió y me quede satisfecho, de todo no se puede saber.
no coment...
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