“Será el destino” y “Es mi destino” son frases que me vienen últimamente a mí alocada cabeza. Todo gira en torno al
él (hablo del destino, no del chico que me gusta). ¿Todo lo que nos ocurre es designio del sobrevalorado, y antes citado,
destino? ¿Sera una agilidad mental para no saber afrontar la falta de valentía
o ser demasiado precipitado a la hora de elegir?
Parte de mi vida la he pasado
agazapado esperando a que sucedan las cosas, sin luchar por ellas. Esperando y
actuando para que nadie dude ni hable mal de mí. Estudie un oficio que me
gustaba pero no era mi pasión, bastantes maneras tenía como para estudiar todo
lo relacionado la moda. Tuve muchos amores en los que cogí, por miedo al
rechazo, el papel Platónico. Miro atrás y veo una maquina a ralentí cuando
podría haber sido una súper maquina a todo gas y fashion que te mueres. Pero no
todo está perdido.
A raíz de ver
el tiempo perdido me he declarado fan de todo lo arriesgado y de la
transgresión. Es vivir cada momento como si fuera el último con lo que te
ofrecen tus posibilidades, tiene que ser lo más. Aunque en mi cuerpo, dado a su
anchura inusual, no puedo arriesgar mucho en outfits pero me permito mezclar zapatos de sstras con sudadera de
algodón, gabardina a lo Humphrey Bogart con vaquero. Reír, saltar, hablar de todo y con todos.
Hay que vivir,
cada uno de los momentos como si fuera
el último, de lunes a domingo para cuando todo acabe, quién quiera que allá
después, le pueda decir :“¿Puedo repetir?, ha sido francamente divertido
querido….”.
Tengo un amigo que ahora es un gurú del maquillaje
y del estilismo de mucha clase, pero si os cuento los inicios no lo creéis.
Este chico fue el blanco de todas
las burlas, bromas y crueldades propias de un pueblo que, aun estando en
democracia, vivía en la más absoluta postguerra. En la adolescencia tuvo el
valor de declarase a si mismo lo que sentía desde dentro. Siempre ha sido un
niño regordete y en la adolescencia no iba a ser menos. Tengo en mente un
estilismo suyo de cuando tenía 15 años y yo 20(en esa época yo era delgadísimo y
mis ropas eran de diseñadores patrios e italianos), llevaba un total look de Terranova
(marca indescriptible) compuesto por un abrigo de polipiel-skay marrón que le
llegaba a los tobillos, lo demás estaba eclipsado. El mide 160Cm y anchito que
era os podéis imaginar su impacto visual. Desde mi talla 38 y mis 175 me sentía
con superioridad para reírme de su tripa y su disfraz de pseudo matrix. Solía
tomar café con él y 10 chicas más casi todas las noches, y siempre le recordaba
que yo utilizaba la 38(Dios que talla más
hermosa).
Estudiaba auxiliar de enfermería cuando de repente quiso ser peluquero. Yo me
quedé helado, ya que no veía un futuro
muy prometedor para él. Estudió con tesón y quemando el pelo a ecuatorianas y paisanas, pero se hizo peluquero
y se colocó en una de las mejores peluquerías de Murcia. Cogía cierta fama como
buen peluquero, yo me resistía ya que tenía en mi recuerdo las mechas
carbonizadas y difuntas de una chica. Pero después de ver los múltiples cortes
que hacía, me atreví. Fue el mejor corte que me habían hecho en años.
Murcia se le quedó pequeña y dio
el salto a Barcelona, y de allí a viajar
por todo el mundo maquillando a famosas y mega famosas. Poco queda del chico regordete, hortera y acomplejado, ahora es todo lo
contrario. Él se dedica a reírse de mi talla 44 y pico, y de mi forma rancia de vestir. Que vueltas da
la vida.
No sé si será el destino pero de
lo que estoy seguro es que yo de vidente no tengo nada.
Ahora sí creo en la predicción Maya, Antonio, me asustas.¡Es una forma magnífica de vivir!
ResponderEliminarBravo por tí y por tu amigo.
que bonito, para que veas la vueltas que da la vida, uno se propone metas, no decae sigue sigue y al final lo consigue, que bonito. besos para el amigo y para tí.
ResponderEliminarla musica mmmmmm perfecta
ResponderEliminareres genial estansito mío; me encantan tus crónicas, como las narras, y la razón que llevas en tantas cosas. A veces somos demasiados cobardes...feliz miércoles, besicos
ResponderEliminarLa vida es un boomerang...
ResponderEliminar