Hace algún tiempo de mi
fatídico golpe, pero he recobrado mi
consciencia y mi buen discernir. Soy consciente que la vida me avisaba de un cambio
radical, de esos que raparte la cabeza al cero queda como una nimiez.
Todo se materializó cuando de repente un amigo me
ofreció su apartamento en alquiler. No dejé que mis miedos me invadieran, dije
SI alto y claro. Después tuve mil
remordimientos, pero ya no podía echarme atrás. Vivir solo era ya una realidad.
Contestar en los chats evidentes a la pregunta de si tenía sitio con una
respuesta propia de un señor de cuarenta años que necesita intimidad.
Aunque las mil y una
dudas me vinieron de golpe, me apetecía vivir en solitario. Tuve una
experiencia pésima compartiendo, algún día relatare. Pero esta vez solo
relatare cosas divertidas. Tanto como que no tenía ni idea de hacer nada de
nada. Os pongo en antecedentes, servidor es anti amo de casa. Mi forma de
cocinar consistía en abrir bolsa y mezcla bolsa. Pasar el plumero y fregar mi
único contacto con la limpieza. La plancha era una continua batalla, ya que
arrugo más que plancho, y la compra en el súper
solo la hacía si quedada con mi ex y amigos a pasar un fin de rural, que
echo mucho de menos. Me ceñía a preparar menús de” Abre bolsa...” Y compraba
las susodichas y manidas bolsas y alguna que otra delicatesen. Me pirra la
comida excéntrica y los productos con adjetivos sustantivos.
Mi primera compra fue un
tanto peculiar, mi mente que es de rutinas rurales, empezó a ver esnobismos como algas deshidratadas de la
bahía de Sagami (Japón) junto con sal del Himalaya, chucrut de Bavaria y miso
fermentado en 4 años junto más productos que no puedo enumerar. Prácticamente
mi cesta se compuso de semejantes productos.
Ni acordarme de los limpia
W.C., un colador, tomates, lejía o una pastilla de avecrem que es muy recurrida
junto a la pasta. Salí del supermercado
con el convencimiento de que hacer las cosas correctas y bien hechas. Dicha
sensación se disipo cuando empiezo a ver que me falta todo lo necesario y
cotidiano eso si más mundano pero súper útil, nadie limpia la ducha con Quinoa
de ecuador por ejemplo. A veces me viene
la cabeza una frase de mi gran madre: ¿De dónde te crees que vienes?
Pasada la primera semana
rodeado de alimentos macrobióticas y un
ambientador propio de un club de intercambio de parejas (no fiaros del rasca y
huele de las cajas) me doy cuenta que está muy bien el hecho de vivir solo en
un precioso apartamento con tarima y una distribución ideal. No paran de suceder
cosas, algunas las puedo contar otras no, las que no dan para muchos post.
Una cosa preciosa que me
ha ocurrido es que de una forma casi divina, uno de mis mejores amigos se ha
mudado a 10 minutos andando de “mi”
casa. Esta señal me ha hecho ver que cuando más necesitas a alguien, la vida te
los pone. Tenerte cerca es uno de mis mayores regalos.
Me faltan hojas para
describirlo ya que es mucho de todo, pero haré un símil, de esos que a él tanto
le gustan. Llevo un día oyendo a Edith Piaf y creo que tengo una descripción
ideal que tiene mucho que ver con él.
La música de Edith es
total, Francia y su arte no se concibe sin su timbre tan especial. Su dicción
puede resultar excesiva pero no se puede separar la genialidad y exceso en sus
canciones. La música de la Sra. Piaf es una mezcla de saudade, alegría, final apoteósico,
olor a rosas y savoire faire. Pues imaginaos esa descripción hecha persona, que
mide 180 con algo y que habla más que un sacamuelas.
Lo más grande de él es la
generosidad que tiene en todo, tanto como para ayudarte como para hundirte si
quiere, pero siempre te saca a relucir.
Todo generoso.
Guardo muchos de sus
consejos en un ventrículo, dicho ventrículo los bombea derecho a mi mente para que les haga caso.
Una de sus principales virtudes
es atesorar anécdotas, experiencias y contarlas con una pasión emocionante.
Oírle contar vivencias es muy sorprendente ya que siempre le encuentras un matiz
nuevo cada vez que las cuenta. Creo que en honor a él debo contar una.
Hace de esto algún
tiempo. Mi querido amigo junto a otro igual de querido regentaban una
floristería, de esas que poseen un encanto y trasmiten la sensación de que todo
lo puedes resolver con plantas y flores.
De sobra es conocido todo el abanico de eventos
que cubre una floristería, vida y muerte se celebran con flores. Pues una
corona majestuosa para una ciudadana ilustre de un pueblo cerca de donde tenían
el negocio fue el encargo para un sepelio.
Para hacernos una idea, la corona costaba
75.000 pts de las de antes. En ella se emplearon rosas de Bulgaria, hortensias holandesas,
palmito traído del Getsemaní y demás flora con sustantivos desmesurados. Cuando
acompañas de adjetivos pomposos, estos nombres suenan diferentes.
Estuvieron haciéndola
todo un día, dos personas.
Llego el momento de
entregarla y en dicho tanatorio tienen una costumbre peculiar. Cuando llegan
los floristas bajan una persiana gris, colocan la corona o palma y luego cuando
ya no están en la cámara suben la persiana. Dicho ritual suele crear una expectación
propia del moulin Rouge.
Pues llegan mis queridos
y empiezan el ritual, he decir que llegaban cansados de mas, y sobre las 22:00,
hora punta en dichos eventos. Bajan la persiana y empiezan a oír un murmullo y
la ansiedad por ver lo que iban a colocar crecía. Ellos decidieron alargar un
ese momento, no sé si por tener un gesto hijoputesco o porque estaban dando los
últimos toques a tan genial creación.
Llega el momento de subir
la persiana pero mis amigos, que necesitan el aplauso, se esconden para ver y
escuchar las caras de “su público”. El aplauso, para un florista, es tan
necesario como pagar el IVA cada tres meses.
Al subir la persiana las
bocas de todos los asistentes se abrieron al unísono. La exclamación fue
generalizada. La corona era especialmente
maravillosa. Los familiares de la fallecida se miraban unos a otros con
desconcierto, sorpresa y felicidad. Con tanto asombro hubo una frase que la
nuera dice a la cuñada: ¿Esta corona es
la que paga el ocaso? Las nueras en
dichos sepelios tiene el don de contabilizar quien va y quien no, quien hace
más teatro y quien no, siempre con un toque de mala de telefilme.
Al oír dicha frase, mi
amigo volvió a la realidad, estaba en el olimpo de la perfección floral. Esa
cuestión hace que inmediatamente miren la orden escrita. Y las sospechas se
materializan, la corona no era para esta mujer. De forma brusca bajan la
persiana, no tuvo cabida el estilo Moulin
Rouge. Para cuando la suben, la corona ya no está en la sala.
La expresión, también generalizada, y ese
gesto de “Aaaaaaaaahhh”, como de que
ya parecía raro que semejante floripondio no encajaba con dicha mujer. Ella fue
una mujer humilde, por lo que indagaron después, una señora que se había
dedicado toda su vida a cuidar de su familia y vivir en uno de los barrios más
humildes.
Ella tuvo, por un escaso
momento, la mejor de las coronas a sus pies y todos sabemos que significa eso
en el mundo del “village people”. Por unos minutos tuvo el privilegio de estar
a junto a ella, rosas del quinto confín, hortensias de más allá de la Junquera
y unas delicadas flores que las merecía tanto como la destinataria por derecho.
Todo en esta vida, malo o
bueno, es por instantes, algunos duran minutos otros toda la vida. Disfrutar y
recrearte es una opción, luego está la actitud de la nuera, que sería la que lo
cuestiona todo, en vez de recrearse las dudas hacen que ese momento pase sin
saborearse.
Hace más de 10 años que
se abrió la persiana, pero blanca, para que la vida te colocara a mi lado,
cerca de mí. Creo que no se han equivocado, hemos pasado muchas vivencias
juntos. Nos merecemos ser amigos por ahora y mucho tiempo más.
No cuestiono el tiempo
que paso a tu lado, simplemente lo disfruto.
Que bonito!
ResponderEliminarQue bonito!
ResponderEliminarEres tremendo!!!...no dejes de publicar....nos alegras el día.
ResponderEliminarMe gustaria publicar mas a menudo, pero las musas me visitan cuando les apetece!!....aunque se esta fraguando una entrada!
EliminarHace falta que personas como tu no caduquen
ResponderEliminarMuchisimas gracias por ese cumplido! intento dejarme llevar por los sentimientos...
EliminarDéjate llevar por tus sentimientos, deja que fluyan estás palabras desde tu corazón y que podamos disfrutar de ellas. Álvaro
ResponderEliminar