Hace cuarenta años que se hizo la primera reivindicación del
orgullo gay en Madrid. Vivimos un momento delicado, ya que se tienen más
derechos que hace unos años, seguimos en un punto no definido. Mi carácter
optimista y mi sentido del humor hace que vea los adelantos que hemos tenido
las personas de mi condición.
Quien me conoce sabe que no soy muy de sentirme Orgulloso
por ser gay, más bien lo vivo con naturalidad, el orgullo me lo hace sentir mi
familia con las alegrías que da, mis amigos con sus metas alcanzadas y mi
trabajo cuando vendo un par de gafas progresivas de 1000€. Orgullo por
enamorarme (cosa que hace tiempo no ocurre) de otro hombre no.
Como digo, lo
veo y actuó de forma natural.
No fue siempre así, también lo digo. Al principio de los
principios era más bien diferente. Sentir atracción por otro chico me creaba
unos conflictos dignos de Juego de tronos.
Ser gay en un pueblo de poco más de 3000 habitantes
dispersos en unos kilómetros a la redonda no era el paraíso que digamos. Yo fui
de los atrevidos que prefería jugar al Elástico o los cromos a dar patadas a un
balón. Aun sabiendo que sería diana de todos los calificativos que conllevaría,
pero me lo pasaba tan bien superando a las otras chicas en elasticidad y
acrobacia, que el dolor que me hacía cada vez que me decían “mariquita” pasaba a
ser secundario. Pero dolor sentía, no lo podía evitar.
No quiero caer en el pobre de mí, porque no lo es. Es contar
la realidad tal y como fue. Los que lo hemos vivido sabemos de qué hablamos.
Tuve que crecer fingiendo ser quien no era. Yo decía que me
enamoraba de chicas y yo solo quería quitarle la ropa para ponerle otra más
estilosa y moderna. Los años 90 fueron un desastre estilísticamente hablando,
aunque se empeñen en ponerlos de moda.
Pasando los años, la máscara de chico hetero sensible, se fue
al carajo y empezó a resbalarme todo, ahí fue cuando comprendí que era estar
agusto con uno mismo. Aunque ciertas palabras siguieran removiéndome como una
ortiga en la planta del pie. A día de hoy si oigo a la lejanía todo el listado
de sinónimos de Gay de contexto, me hace tensarme de repente.
Voy a contar una anécdota de hace unos
días. Donde la palabra Maricón sonó dos veces y hasta ahí puedo leer. Voy allá.
Tengo un amigo que vive en Paris, ¿se puede vivir en un
sitio más ideal? Creo que no, dejo de divagar. Cada vez que viene hacemos una
quedada y vamos a comer o cenar en un restaurante chino donde los chinos van a comer,
esto en Murcia es un exotismo os digo. Fíjate si me pareció extraño que mi
primera vez le pedí la cuenta a un oriundo asiático, que pasaba al lado de la mesa, y él me dijo que era un comensal
como lo era yo, con su acento típico. Yo le expuse que viniera con un cartel identificador, de esos que llevan las dependientas de H&M, la broma no le hizo ni la más puñetera gracia, acabé pidiéndole perdón. Es asombroso lo que me voy por las ramas.
Pues como decía, mi amigo y yo hicimos la quedada para comer
en dicho restaurante. Siempre somos de pedir lo mismo, pero ese día me apetecía
comer otra cosa y apareció ante mí, en la carta, “arroz envuelto en hoja loto”
¿Puede un nombre de plato culinario ser mas atractivo?
El paso de los años me ha hecho que desconfié de todo, que
pregunte antes de lanzarme. Y a eso me
dispuse, saber que contenía dicha maravilla.
El camarero me dijo, con su característico acento:
"Alós, veldula, jamón y Maliscón…"
Mis ojos se abrieron como un
búho y gire la cabeza como una lechuza hacia él. Mientras mi amigo se rulaba a
risa
Le espeté: ¿has dicho maricón?
El pobre se puso nerviosísimo, porque era “Malisco” lo que
quería decir, acto seguido esbocé una sonrisa mía para quitarle hierro al
asunto. Luego recapacite sobre La importancia de una tilde bien puesta y
también que aún sigue afectándome dicho calificativo.
Mi amigo es un millenial y todo esto se la trae al pairo, me
contagie de él y nos pasamos riendo toda la comida.
Pero la tarde me deparaba algo más.
Cuando salimos del restaurante, nos fuimos a otro local para
tomar el café y la copa.
Si es de sobra conocida Murcia aparte de su gastronomía, su
alegría y su clima, es la de Yonkies pidiendo. Hay muchísimos y siempre te piden
0.20€, que es muy poco la verdad. ¿Estará sujeto al IPC?
Pues a mitad de camino hacia una cafetería una señora de unos sesenta
y pico, con un mono espantoso, no hablo de vestimenta que quede claro, nos
aborda para que le demos 0.30€. Declinamos su propuesta de forma elegante. Acto seguido nos dice que le compremos en un
local que había cerca una lata de cerveza, de forma instintiva miro al local y está
cerrado, le digo que no, mi amigo niega con la cabeza.
Ella desiste con cara de pocos amigos y se aleja en
dirección opuesta. Pero se ve que no se queda contenta ya que a los pocos pasos
grita: “Vayaaaaa par de maricoooones”
Me giro como la niña del exorcista y pienso que hay muchos
sustantivos para hundirla, pero no creo que sea lo que se merezca ella,
bastante tiene con que su adicción haya marcado su vida. También pienso, no va
mal encaminada, maricón soy algo y que
ya va siendo hora de que todo me resbale más. Mientras pensaba esto
mi amigo le soltó: Mari, tienes toda la razón, vaya par de maricones estamos
hechos…. ¡También es verdad! Solté de forma rápida, como una exhalación.
Aun lo recuerdo y me río, un sentimiento muy diferente a
cuando tenía yo 20 años. Era oír dicha palabra e inundarme el miedo a que me
descubrieran y me ridiculizaran. No es que sufriera muchas vejaciones ni el tan
manido “Bullying”, pero el sustantivo lo
oía una o dos veces a la semana.
Desde ese día estoy haciendo una terapia de choque. Me pongo
delante del espejo, desnudo y repito una y otra vez “Soy maricón, soy maricón,
soy maricón….” A modo de mantra. Lo digo porque quiero que desaparezca todo el
miedo y la vergüenza residual que pueda albergar en mi interior. Solo los que
lo hemos pasado, esto es difícil que desaparezca.
Creo que por eso es necesario tener un día para las
reivindicaciones de nuestros derechos y demostrar que el amor y la unión puede
ser patrimonio de todos, no solo de unos pocos. La identidad sexual, que nos
viene de serie, la vivimos libremente y con respeto, no dictaminada por una
sociedad que tienen en sus bases los preceptos de religiones dogmáticas.
Antonio, soy tu primo, el de Barcelona. No entro en más detalle que el de pedirte, una vez más, que releas antes de publicar. Por lo menos yo disfrutaría el doble.Muchas gracias por tus escritos.
ResponderEliminarHola Primo de Barcelona, ayudame y mandame por privado lo que te chirria. mil gracias por ayudarme.
EliminarNene casi al cien por cien me identifico con lo que dices, mi pasado el mismo que el tuyo y mi presente casi como el de tu amigo el parisino pero algo más discreto. La palabra gay la suelo utilizar poco, no me sale natural. Yo soy más de decir que soy marica o maricón, lo de gay siempre me ha sonado como demasiado anglosajón. Así que nada, MARICÓN y a mucha honra, pero otra cosa es aguantar que cualquier desconocido te lo llame en plan insulto, ni ésa ni cualquier otra palabra. Largo, gafútico, jirafa, mariposa, son palabras que he escuchado demasiadas veces en plan insulto y por mi prudencia me callaba casi siempre. Ya no. De primera les suelto un “tus muertos!” Y depende de como se desarrolle el encontronazo sigo o me callo. maricón si, pero las faltas de respeto a tu puta madre! Una pena la poca educación que queda en el mundo.
ResponderEliminarCada día me sorprendes más.Ha sido un placer leer tu blogs, pero más aún conocerte.
ResponderEliminar¿Porqué me parece que nos conocemos de toda la vida?
No voy a entrar en el argumento de lo que cuentas, solo decirte que me encanta leerte,que no te demores tanto en volver a escribir y que si a ti te sirve de terapia plasmar tus vivencias en estos relatos, a nosotros, tus lectores, nos sirve para reflexionar y evadirnos. Sólo decirte que "a palabras necias, oídos sordos".
Me despido con esta 3 palabras; Cincuenta y fabuloso.
Bendito el día en que te empezó a resbalar todo. Renació para mí un bello cisne, el patito era insufrible. Me encantas!!
ResponderEliminarCuando esa señora espetó esa palabra para dañar una contestación fabulosa habría sido: "Si..y?"
ResponderEliminarEn fin, que estamos en proceso de no ser insultables por nuestra dieta lo cual es fantástico.
Your story is one of strength, resilience and growth. Acceptance and pride go hand in hand. Congrats on relating so eloquently your personal story and experiences.
ResponderEliminar