miércoles, 28 de septiembre de 2022

L'AMOUR NAISSANT

 Uno de los placeres más bonitos que experimento un sábado en los que trabajo de mañana, a parte de los 50 euros extra, es que bien temprano tengo mi ritual de llamada con mi QA, en la que nos contamos cosas que nos ha ocurrido el día anterior. Hablamos casi todos los días y en modo cotorra.

Pero la de este sábado ha sido más especial. Hacía como unos 4 días que no teníamos una conversación fluida, pues el fin de semana pasado lo disfruté en Madrid, con lo que eso conlleva: mucho caminar, mucha diversión y reencuentros con gente que quieres. Todo eso tenía que relatárselo con todo lujo de detalles, por eso lo llamé a las siete treinta y ocho, la hora a la que salí del baño.


En la conversación me centré en el reencuentro que tuve con una de mis amigas que vive allí, y le conté que en esa cita había habido confesiones, lágrimas, amor y la iniciación al Péndulo. Sí, habéis leído bien, el Péndulo como contacto con el mundo esotérico y el “mas allá”. No os podéis imaginar lo emocionado que estoy, lo adivinatorio me vuelve loco y este arte era nuevo para mí. Me sentía como un niño al despertar el seis de enero. 



QA empezó a reírse, ya que me imaginaba toda la noche sentado como la escultura del escriba egipcio, sin parar de hacer preguntas y con el colgantico dando vueltas sin parar. -¿Ahora el pendulo, loco?-  Me preguntó casi ahogándose de la risa.


Le pedí que me tomara en serio, porque la noche pasada había tenido una experiencia que me había emocionado, que me había hecho pensar de más y reflexionar sobre el “más allá”, pero no como lo había imaginado. Todo ello gracias a la conexión y conversación que había tenido con el Péndulo. 


Antes de seguir contando la experiencia y mi reflexión, he de decir que no soy médium, no veo almas, ni me imaginéis como Jennifer Love Hewitt en la serie de TV “Entre Fantasmas”. Primero, porque soy un señor de cuarenta y seis años calvo, que no dispone de bucles perfectos ni un marido buenorro ambulanciero.


He de deciros que para empezar a conectarse con el Péndulo hay que concentrarse y pedir permiso al universo paralelo al que vamos a terminar yendo todos tarde o temprano (espero que más bien tarde que temprano). Eso fue lo que hice y la toma de contacto fue rápida, las primeras preguntas fueron más bien mundanas, sobre el trabajo, el amor y las relaciones venideras. Me respondió lo mismo que yo había preguntado a mi familiar tarotista, y no voy adelantar nada por que si ocurriese sería muy feliz.


Aunque esas cuestiones eran las que me rondaban, yo tenía en mente dos, pero me daba mucho miedo y respeto hacerlas. En un arrebato de valentía,  me atreví a hacer la primera.  Os avanzo que tengo un carácter hipocondríaco obsesivo, las enfermedades mortales me dan un miedo atroz y cualquier dolor que tenga, por nimio que sea, lo equiparo con lo peor que me pueda pasar. 


Antes de hacer las preguntas se debe pedir permiso al ente para hacerlas, y dicha energía accede o no. Esta anotación se me olvidó citarla antes.


¿Como haría yo una pregunta sin nombrar esa enfermedad o dolencia terminal? ¿Cómo verbalizaría algo que me da repelús nombrar? ¿Debería dejar de obsesionarme con enfermedades que no tengo?, así concluí, y el Péndulo indicó “Sí”. Acto seguido un suspiro de los grandes salió de mi boca, creo recodar que hasta olía a rosas de Damasco.


La siguiente pregunta fue más difícil y con una carga emocional muy grande: ¿Puedo preguntarte por mi padre? El péndulo indicó “No”. ¡Vamos, que no quiso que le hiciera esa pregunta! Esa contestación no me la esperaba. Intenté hacerle otra pregunta: ¿Se encuentra en paz mi padre? el péndulo no se movió, lo que significa que no da respuesta. No os niego que mi desconcierto fue grande y mi emoción más. Mil preguntas me asaltaron, temores y tristeza. 


Entonces intenté reconducir la conversación (una conversación de sí o no, básicamente): ¿Eres un guía espiritual que ha sido familia mía? El péndulo indicó que sí. Aquí es cuando me quedé estupefacto. No entendí nada, si ha sido familiar, ¿por qué no me respondió a las preguntas sobre mi padre? Entonces  me vino una especie de luz a mi cabeza y formulé la pregunta: En el momento en que partimos de esta vida, ¿nos reencontramos con los seres queridos?, péndulo indicó Sí. Acto seguido formulé la siguiente: ¿nos reconoceremos?, el péndulo indicó NO. 


Mi cabeza se llenó de mil ideas confusas y muchas cuestiones. No podía entender que el guía  del péndulo, como familia mía que era, supiera quién soy, pero en el momento en que yo partiera, no nos reconoceríamos. No sé si es una idea romántica sacada del cine no poder sentir a quien has querido mucho cuando expires, esa corte de familiares que te esperan al final del túnel. Todo era mentira, según el Péndulo. 


Me entró el miedo como una bocanada de aire frío, me puse en posición fetal y dejé que las ideas fluyeran sin control para que me agotase y me durmiera lo antes posible.


Antes de quedarme dormido tuve una reflexión, no sé si fruto de la enajenación por haber estado cuestionándome hasta la existencia del ser en su misma esencia, pero pienso que la composición del alma es el AMOR, el componente fuerte, no tangible, poderoso y de lo que estamos hechos. Cuando debemos partir y abandonar nuestro cuerpo, todo lo terrenal se queda, tanto como dolores, discusiones y problemas. El amor se libera del cuerpo y es aquí donde está el misterio. Por poner un ejemplo, cuando parta, mi amor se encontrará con el amor de mi padre, pero no como padre e hijo, sino como amor sin etiqueta ninguna. Los vínculos de amor no tienen ningún sustantivo, adjetivo ni pronombre, amor puro sin más, energía que conecta por siempre jamás.


Esta fue la reflexión que tuve que contarle a QA. Al terminar de explicarle todo lo que me había pasado por la cabeza, él enmudeció y se hizo un silencio, pero nada incómodo, ya que al detallarle mi reflexión, me emocioné y necesitaba tomar aire. Él me dijo que también lo necesitaba y que era una de las reflexiones que más le habían gustado.


Del amor vínculo al amor iluminador, del amor morada al amor en expansión y del amor con pronombre al amor en la más absoluta libertad.









17 comentarios:

  1. Como siempre maravilloso... Y dej ya el pendulito! 😘

    ResponderEliminar
  2. Buena reflexión que nunca había tenido en cuenta.Gracias

    ResponderEliminar
  3. Qué bonito!!
    Que bonitoooo

    ResponderEliminar
  4. Ay mi Juan!!!!! Qué tiene un juguetito nuevo. No estoy muy puesta en esas cuestiones
    " pendulares???", Pero lo que sí sé es que me encanta que saques a ese yo qué se ilusiona y se emociona, y sobre todo, reflexiona.
    Te quiero mucho querido❤️❤️

    ResponderEliminar
  5. Ufffff,sin palabras ,piel de gallina y el corazón en un puño, SOBERBIO!😍

    ResponderEliminar
  6. Pufff me faltan las palabras....sabes q me encanta ese mundo....pero no se si es miedo o respeto lo q me da...pero con tu profundo y sentido relato creo q me animaré....grande!

    ResponderEliminar
  7. Maravilloso. Una de las cosas que a mí me crean esperanza con el más allá o cuando alguien se va para siempre, es que pienso que nosotros, nuestro amor, nuestra alma, es energía, la energía no se destruye, se transforma. Creo que tu padre al igual que todos los seres que parten, sigue aquí, en otra forma que no puedes tocar, pero sí sentir. Es mi alivio en vida. Y el amor, el amor sigue...

    Me encanta como siempre.
    Besos de Ana PasSa.

    A la espera del próximo...

    ResponderEliminar
  8. Precioso y hasta se me han saltado las lágrimas... y yo creo q el péndulo te dijo la verdad, energía somos y en energía nos convertiremos (la palabra para esta frase no es "polvo", somos "energía").

    ResponderEliminar
  9. Juan Antonio creo q este tema me supera, casi prefiero ni planteamelo. Cuando empecé a leer y ibas a Madrid, el péndulo , la noche... pensé q irías por otros derroteros menos profundos.
    El tema esotérico prefiero evitarlo, pero me encantó volver a leerte.
    Un abrazo. Álvaro

    ResponderEliminar
  10. ReConocer esa Energía de AMOR en Vida sería el trabajazo amigo! Pero entonces no habrían ni gafas ni hoteles jj VALIENTEEE !! Yo querer un péndulo

    ResponderEliminar
  11. ♥️ Muy intenso lo tuyo.

    ResponderEliminar
  12. Cómo me ha enganchado. No podía dejar de leer... gracias.

    ResponderEliminar
  13. No me imagino que tipo de revelación te ha podido hacer un péndulo que solo te señala el si o el no, pero llegar a una tan elocuente por monosílabos es ante todo, admirable. He comprobado que Nos cuesta hablar de AMOR en la vida diaria, nos sentimos personajes pusilánimes de novelas baratas cuando lo hacemos y siento tras una pérdida, que es lo único que nos puede salvar de la vida.

    ResponderEliminar
  14. Precioso. Creo en el amor.Lo del péndulo menos. Hay otras vidas y no creo que vayamos a coincidir con los mismos. Por eso quiero disfrutar de las que amo aquí y ahora. Y empezar de nuevo

    ResponderEliminar
  15. Yo Antonio he de decirte que creo en el amor, como cristiano y como humano y que espero y te deseo lo encuentres en breve. Que no necesites recurrir al mundo esotérico. El amor lo tenemos aqui, a nuestro alcance. En la otra vida lo que Dios nos tenga asignado.

    ResponderEliminar
  16. Grazie mille amore, por estas confesiones literaturizadas, que nos dan alegría, sonrisa y profundidad en formas inesperadas, siempre apetecibles

    ResponderEliminar